martes, 21 de julio de 2009

!!!SUPERSTICIONES???


Hubo una vez un torero del que cuentan que antes de hacer el paseíllo tenía que rezar 300 padrenuestros a cada una de las ciento y pico estampas que llevaba en su capilla ambulante. Tal era el empeño, casi adicción, que se dio el caso en que aquello se alargó más de la cuenta y a la cuadrilla no le quedó otro remedio que, casi arrastrando al matador, salir disparados del hotel, no fuesen a sonar los clarines sin "la figura" liada en su capotillo.


El "maestro", cuando le preguntaban si aquello era superstición, espetaba, eso sí, a la defensiva: "Yo no soy supersticioso, porque eso es pecado y no entra dentro del cristianismo. Son sólo manías".

Hoy es ganadero, apoderado y empresario, y sigue diciendo que, de ser, será el que más reza del universo, pero que de "lo otro" nada de nada, "lagarto, lagarto".La superstición nace, etimológicamente, de la supervivencia, y pareciera que pensaban en los toreros los inventores del término, porque los toreros son, antes que nada, profesionales de la supervivencia, dobles supervivientes cada una de todas sus tardes.

"La superstición viene por el miedo, pero también porque el torero se siente figura y teme a la responsabilidad de que las cosas no le salgan como él desea. Muchas veces se hace dueño de uno y es muy difícil combatirla".


Cincuenta años de oficio contemplan esa reflexión, y es curioso cómo coincide con esta otra de un torero novel: "La superstición es una manía que se coge cuando te ha pasado algo o un mal momento. Como en el toro uno se juega mucho la vida, pues entonces se suele tapar con eso el miedo que se pasa".

JAVIER MANZANO 06/06/2000

ESCULTURA CHICUELO

Chicuelo, Caracol y Pastora Pavón: tres vértices del arte en la Alameda




El escultor perfila la estatua en presencia del hijo de Chicuelo.Las estatuas de los tres insignes alamederos –los cantaores Manolo Caracol y Pastora Pavón, La Niña de los Peines, y el diestro Manuel Jiménez, alias Chicuelo, darán lustre e historia al bulevar desde el día 21.

Tal y como ya adelantaba hace unos días este periódico, el monumento al recordado matador de toros sevillano Manuel Jiménez Chicuelo será inaugurado el 21 de julio en la Alameda, en la confluencia de las calles Lumbreras y Calatrava, para formar parte de un conjunto escultórico que completarán los monumentos dedicados a los cantaores Manolo Caracol –que ya se encuentra en ese emplazamiento– y Pastora Pavón, La Niña de los Peines, según preveía el vigente PGOU dentro de la profunda remodelación a la que ha sido sometido este histórico espacio sevillano.

Curiosamente, los tres artistas mantuvieron en vida una excelente relación que se perpetúa en bronce en un rincón de la Alameda, tan vinculada a sus vidas.

Aunque nacido en Triana, Chicuelo estableció su domicilio en la Alameda de Hércules, uno de esos hermosos e inconfundibles chalés en el que aún sigue residiendo su hijo Rafael, también matador de toros, que se ha mostrado muy ilusionado con una iniciativa que ha liderado el veterinario y taurino Fernando Vázquez con el patrocinio de la Caja Rural del Sur.

El escultor sevillano afincado en Aracena Alberto Germán Franco es el autor de este monumento que recoge –no podía ser de otra manera– al genial Chicuelo instrumentando el lance de capote que popularizaría hasta bautizarlo con su nombre: la chicuelina.

La escultura ha sido fundida en bronce en unos talleres madrileños y, subida sobre el pedestal, medirá más de cinco metros, incluyendo los tres de la propia figura del matador, que ha sido realizada “siguiendo las directrices de su propio hijo para tratar de reflejar la chicuelita de Chicuelo y no otra”, según precisa el escultor, que señala que “en la base lleva como un anillo o brazalete de un metro de altura que rodea al basamento y representa al Chicuelo instrumentando distintas suertes de la lidia”.

Tal y como explica Alberto Germán Franco, en ese friso escultórico “también se recogen motivos de la plaza de la Maestranza, de la Alameda e incluso del puente de Triana, recordando que el torero nació al otro lado del río. Se trata de contextualizar al torero en el ambiente en el que vivió”. La reconstrucción figurativa del recordado diestro sevillano se ha realizado sobre la base de multitud de fotografías, “idealizando su edad en torno a los 30 años, la plenitud de un torero”.

Germán Franco suma así otro nuevo motivo taurino dentro de una amplia obra monumental que cuenta con las esculturas de Pepe Luis Vázquez en el Paseo de Colón de Sevilla; el dedicado a Miguel Báez Litri y a su dinastía en Huelva y al diestro Ricardo Torres Bombita a la entrada de Tomares, “que es con el que empieza a eclosionar mi carrera”, señala el creador.

Según anunciaba Fernando Vázquez el pasado martes, esta inauguración oficial del día 21 contará con un segundo capítulo que se había previsto en principio como fecha de estreno del monumento. El 27 de septiembre, casi en coincidencia con el 90 aniversario de la alternativa del gran diestro sevillano, que se verificó el 28 de septiembre de 1919 en la Maestranza de manos de Juan Belmonte, todo el toreo sevillano se congregará en la Alameda para rendir homenaje a este diestro fundamental. Para entonces, apunta Vázquez, “queremos realizar un homenaje a la figura de Chicuelo en el que estén presentes todos los estratos de la profesión”.

Correo de Andalucia,Álvaro R. del Moral.