jueves, 29 de julio de 2010

Constitución Española

La Constitución Española de 1978 es la norma suprema del ordenamiento jurídico del Reino de España, a la que están sujetos los poderes públicos y los ciudadanos de España, en vigor desde el 29 de Diciembre de 1978.


TÍTULO I.
DE LOS DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES.

CAPÍTULO III. DE LOS PRINCIPIOS RECTORES DE LA POLÍTICA SOCIAL Y ECONÓMICA.

Artículo 46.

Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio.



TÍTULO VIII.
DE LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DEL ESTADO.

CAPÍTULO III. DE LAS COMUNIDADES AUTONOMAS.

1. El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias:

1.- La regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales.

.....

28. -Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra la exportación y la expoliación; museos, bibliotecas y archivos de titularidad estatal, sin perjuicio de su gestión por parte de las Comunidades Autónomas (gestión del patrimonio cultural, que no su legislación, y mucho menos su prohibición).




Las Conferencias Taurinas acercarán al público los secretos de una corrida concurso

HUESCA.- Ante la próxima celebración, por primera vez en la historia de la plaza de toros de Huesca, de una corrida concurso de ganaderías, que, según la empresa organizadora Toros del Ebro, " pudiera no ser comprendida ni valorada adecuadamente por parte del público asistente", esta empresa ha organizado, en colaboración con el Colegio Oficial de Veterinarios de Huesca en sus VII Conferencias Taurinas, una mesa redonda en la que se explicará tan peculiar corrida.
En esta mesa redonda, que se celebrará mañana a las 19,30 horas en el Hotel Pedro I, participarán los ganaderos Tomás Prieto de la Cal Picón y Lucas Carrasco Romero. Junto a Fernando Carrera Martín (presidente del Colegio) e Ignacio Zorita López, en representación de Toros del Ebro, tratarán de explicar a los aficionados oscenses las bases, particularidades y desarrollo de dicha corrida concurso, desde su amplia experiencia en este tipo de festejo.

En el mismo acto, se presentará la revista "Toros del Ebro". Esta publicación, asegura la empresa, ha sido "cuidadosamente elaborada", tendrá carácter gratuito y contará con "destacadas colaboraciones de firmas especializadas". Desde Toros del Ebro, se espera que dicha revista "sea del gusto de todos los aficionados oscenses".
Con estas iniciativas, afirman, se busca "impulsar la fiesta taurina en Huesca, y acercar su historia y su cultura a los ciudadanos".


diarioaltoaragon

Rosa Gil: "Es como para emigrar"

La presidenta de la Plataforma Promoción y Difusión de la Fiesta lamenta el fin obligado de su gran pasión

Un morlaco de 500 kilos llamado Cucharero la dejó viuda en el verano de 1974, cuando arremetió sin piedad contra su marido, el matador portugués José Falcón, en la Monumental de Barcelona. Pero esa terrible cornada tampoco consiguió apagar la pasión torera de Rosa Gil, propietaria del restaurante Casa Leopoldo y presidenta de la Plataforma Promoción y Difusión de la Fiesta. Esta conocida restauradora afirma que la prohibición de las corridas «es una cuchillada trapera» que obedece al enfrentamiento político entre los principales partidos catalanes. «Con esta decisión Barcelona pierde libertad de expresión. Es como para emigrar», lamenta esta gran aficionada, que echa de menos las gloriosas tardes taurinas de la década de los 60.
«La primera vez que fui a los toros tenía entre 5 y 6 años. Toda la familia tenía abono y me llevaban a la plaza los jueves y los domingos. Ir a los toros en aquella época era todo un ceremonial. Yo formo parte de la generación que vio a Joaquín Bernadó, Antonio Chamaco y Antonio Ordóñez en sus mejores apariciones», recuerda nostálgica Rosa Gil, que cita con ojos encendidos los momentos de gloria de otros matadores que pasaron por la capital catalana como Paco Camino, Diego Puerta, Fermín Murillo, el Cordobés «su majestad el Viti» o, más recientemente, Joselito, Ponce, Morante de la Puebla, Jesulín o el famosísimo José Tomás. «Hay muchas tardes memorables en mi memoria», dice con un deje amargo.
La propietaria de Casa Leopoldo reconoce que la fiesta estaba agonizando en Catalunya y que era cuestión de tiempo que acabara desapareciendo, al igual que han desaparecido a lo largo de la historia otros espectáculos cruentos. «Me daba mucha pena ver lo que estaba ocurriendo. Las últimas temporadas, salvo cuando venía José Tomás, el aforo apenas cubría un tercio o media entrada. Yo me decía: 'bueno, se está acabando', pero hubiera sido mejor que se hubiera acabado sola. Ahora me pregunto si es mejor quedar como víctima de una injusticia o como una imbécil que continuaba yendo a un espectáculo que se estaba muriendo», reflexiona.
Ciudad sin glamur
Rosa Gil considera que, a diferencia de Sevilla y Madrid, Barcelona no es una ciudad «glamurosa». Una circunstancia que ha ayudado a que sea la primera capital de la península que veta la tauromaquia. Barcelona es una urbe «más pragmática, que va más a lo material que a lo superficial», a pesar de que la alta burguesía también tiene sus momentos «predilectos y protegidos», comenta con malicia. La presidenta de la plataforma taurina reconoce que toda la «parafernalia» que envuelve al mundo del toro ha dejado de tener su encanto. «Te da pena ver que se está muriendo, pero hay que poner los pies en el suelo y decirse que en la vida todo se acaba, y los toros también se acabarán en el resto del Estado», vaticina.
Pero mientras queden cuatro románticos, seguirán reuniéndose en su restaurante para participar en animadas tertulias sobre el mundo del toreo. Porque Rosa Gil tiene muy claro que pueden acabar con las corridas, pero no pueden poner fin a la pasión de los amantes del toreo.
La popular restauradora intenta ser ecuánime y, a la hora de evaluar responsabilidades por la prohibición de los toros en Catalunya, reparte culpas por todas partes. «A partir de ahora, cuando pase por la Monumental pensaré que quizá nosotros mismos la hemos echado a perder. Sobre todo la codicia de toreros, empresarios y ganaderos, que se han estado mirando demasiado el ombligo y que pensaban que esto no podía pasar. Y ahora van a masacrar a los catalanes y nos van a decir que somos culpables de que esta prohibición tenga un efecto dominó, pero ojo, que se lo hagan mirar, porque ellos también se han dormido en los laureles»,denuncia.

elperiodico.com

Mucho duró el melón

José Pedro Gómez Ballesteros se nos va de Gerente de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid. Demasiado duró el melón abierto. Pero era muy cómodo Ballesteros. De muñeco del pim-pam-pum. Carteles impresentables de San Isidro, anda sal tú, Pedro, que a nosotros nos da la risa. Y salía el hombre en nombre de sus jefes del Consejo Taurino, Ignacio González y Pedro Antonio Martín Marín, presidente y vicepresidente de la cosa táurica de la CAM, y le inflaba la prensa a palos. Ballesteros era el can que le ponía más celo en defender a la empresa, para salvaguardar el prestigio de la Comúnidad, que sus propios dueños. Taurovent y Taurodelta le deben quites a mansalva. Sacarino, que a veces maliciosamente yo le llamé así, en honor al mítico botones, interpretaba siempre al mozo de capea que se llevaba al toro pegado al culo al cruzarse sin querer. En la presentación del libro de Rubén Amón lo bordó en Las Ventas al presentar repetidas veces a Juan Luis Cano, de Goma Espuma, como José Luis Cano. "Gracias, Marcelino", le dijo Juan Luis ante el descojone generalizado. Lo echaremos de menos al final. En su currículo se lleva hermosas anécdotas. Ojalá Carlos Abella, el paciente impaciente, el protegido de Pedro Antonio Martín Marín, nos dé menos juego y haga sus labores con mayor listeza. Se evitará derrotes de la prensa siempre vil. Y si los hay, que los sepa encajar. Porque en su sueldo va.
Sin sueldo y escaldada también se va la marquesa de Vega de Anzo. Dicen que fue el único voto en contra de la prórroga de Taurodelta. A Pilar hace tiempo, y no tanto, que le recomendé dimitir. Pero se creía que nadaba en libertad en un mar de tiburones siempre que nadase a favor de corriente. En cuanto ha querido cambiar el rumbo se la han devorado. Pili, hija, te queda la integridad, aunque la hayas desgastado durante un tiempo innecesario. El liberalismo funciona así.

enviado por Javier Salamanca

¡LIBERTAD!

DEL BLOG
"COMO PUÑOS"
Por la libertad de Expresion

Cataluña sin toros y, algunos sin ética.
Por contextualizar en primer lugar.
Mi abuelo fue torero, mis padres socios del Club Taurino de Calahorra. Gracias a nuestra amistad con la conserja (Feli) me salieron los dientes en los corrales de la plaza de toros, entre mayorales, mozos de espadas, picadores y cuadrillas. Con solo 4 años ya andaba entre los pasadizos de las corralizas viendo a los toros que se lidiarían en la feria. Baste decir que aprendí a andar en bicicleta en el ruedo de la plaza….luego no sabía avanzar en línea recta.
Asistí a todas y cada una de las corridas y festejos taurinos que se celebraron en esta ciudad y en otras limítrofes hasta que cumplí los 22 años, cuando la feria de Calahorra tenía seis festejos de abono.
 .

He asistido en silencio al esperpento acontecido en Cataluña. Un esperpento que ubico en dos lugares; el primero en la falta de ética y fácil manejo al que se ha sometido la plataforma animalista que ha propuesto acabar con el sufrimiento de ese maravilloso animal que es el toro. Una iniciativa que en un principio pretendía terminar con los maltratos a todos los toros, pero que por chantaje de determinados partidos políticos se maquilló y dejó al margen otros espectáculos en los que igualmente los toros son vejados, torturados y maltratados. Esta bajada de pantalones…este ceder al chantaje, deslegitima la propuesta de los animalistas. Una propuesta a la carta, totalmente viciada.
Pero no solo los animalistas han ofrecido un lamentable espectáculo. También los políticos han hecho lo propio, al politizar una tradición que supera ampliamente el concepto de España que tenemos en la actualidad. Los toros y las fiestas o ritos asociados a ellos superan a la existencia de España como tal.
No podemos caer en la simplicidad de la derecha de llamar fiesta “nacional” a los toros, en esa recurrente y demostrada maniobra de apropiación de todas aquellas señas identitarias que representen a nuestra historia común.
Tampoco en el “pueblerinismo” de querer diferenciar entre las torturas, por parecerles en su incultura unas más “catalanistas” que las otras.
Permiten y quieren declarar de “interés cultural” las torturas a los “correbous” (toros ensogados , semi-incendiados, cegados por las llamas y torturados por todo el pueblo) y, por el contrario prohíben las torturas a las que se somete a los toros en la plaza.
Para rematar la faena -y cortar también el rabo- se deja “libertad de voto” a los diputados. Esto sorprende y mucho. Al parecer la abolición de las torturas a los toros es un tema de tanta ética personal que los partidos dan derecho a sus diputados a votar en conciencia. Un derecho que no se da si lo que se vota es el aborto, la participación de España en la Guerra de Irak u otra cuestión cualquiera de mayor calado.
Hoy en Cataluña se han quedado sin toros, pero también -algunos- sin ética ni vegüenza.
No encuentro ningún problema ni conflicto ideológico si tengo que asistir a un evento taurino. Fuí entrenado a conciencia en la materia. Gracias a dicho entrenamiento conozco e identifico aquellas cualidades que algunos etiquetan como "arte". Pese a eso, para mí los animales son lo más importante que existe en este mundo -tras las personas- por ese motivo cualquier moción, propuesta o petición que se me ponga delante para acabar con un sufrimiento innecesario de un animal me va a parecer justa y justifiicada. Pero si la finalidad es conseguir que no se torture a unos animales y permitir lo contrario para el resto, emponzoñándolo todo con un cunacho de nacionalismos trasnochados (el español y el catalán)… no podré hacer otra cosa que evidenciar su vicio y su injusticia.
La tortura no puede ser cultura. Ni la caza un deporte. Torturar o matar animales en nombre de la cultura o del deporte es una obscenidad. Llamemos a las cosas por su nombre. Los toros es una tradición…¿un arte?, mejor o peor, gustará más o menos. Ese es el verdadero debate. En eso no entro.
La libertad y el derecho de quién así lo quiera a asistir a este tipo de actos y actividades es el otro debate importante. Tampoco en este voy a entrar.
escrito por Jesús María García