jueves, 2 de diciembre de 2010

SI, EN LA PROVINCIA DE HUELVA, HUBO UNA GANADERÍA DE “PATAS BLANCAS” Y LIDIÓ EN MADRID.

(Javier Salamanca)
De casualidad y gracias a mi amigos Bene y Facundo, recibí el chivatazo de que en la provincia de Huelva hubo una ganadería de encaste “Vega-Villar” mas conocidos por “PATAS BLANCAS”, me puse manos a la obra, ellos me dijeron que había lidiado en Madrid a principio de los años 90 y que su nombre era “GIMENEZ USERA”
En los libros de la Unión de aquellos años aparece dicha ganadería, que había sido adquirida en 1988 por la familia madrileña de los Usera Cano, conocidos notarios de la capital.Compraron reses de “Los Majadales”,(familia Tabernero Hernández, creada en 1979) variaron la señal, el hierro y la divisa y crearon el suyo, con 75 vacas y 2 sementales, pocos años la tuvieron (hasta 1994) y durante este tiempo aunque parezca extraño pastaron en la provincia de HUELVA, en concreto en el término de Higuera De La Sierra, en la finca “Huerta de los Llanos”, esta ganadería derivó en la que fue “Campo Amor” y ya en 2009 pasó a llamarse “El Tinajar” que pertenece a la Unión y tiene reses de procedencia “Núñez” y “Peñajara” que llevan por separado.

De aquí en adelante por desgracia seguiremos recibiendo malas noticias sobre encastes llamados minoritarios, a ver quien se atreve a comprar reses de estas ganaderías como hicieron entonces los señores Usera Cano.Para completar esta investigación decir que este hierro adquirió antigüedad en 1994, el 4 de Septiembre en una corrida de toros en la que intervinieron los matadores modestos Emilio Silvera(palmas y silencio), Andrés Caballero(silencio y silencio) y Paco Delgado(aplausos y palmas), en tarde ventosa los “PATAS BLANCAS” de Gimenez Usera estuvieron bien presentados, bonitos de lámina, pero flojos y parados, se lidiaron 5 ejemplares, el sexto fue devuelto por inválido y en su lugar se corrió uno de Santa Maria,destacó en banderillas Ecijano II.
Esto es lo que hay amigos, los aficionados…. ¿Que podemos hacer?



Fotos: Javier Salamanca-Toros de “Barcial” primavera 2010

Aires taurinos con mucho arte

ESTEFANÍA ZARALLO ezarallo@hoy.es BADAJOZ.
 
  • El toro en el campo, un diestro en el paseíllo, La Maestranza o el caballo son algunas de las estampas que plasma en sus abanicos
  • Joaquín Martínez Pintor
      
  •  Imagine la escena. Badajoz. Feria de San Juan. Coso de Pardaleras. El termómetro ronda los 40 grados. El calor es agobiante y entonces una mujer saca de su bolso un abanico y mitiga, a golpe de muñeca, las altas temperaturas con aire fresco. La escena puede extrapolarse a cualquier otra plaza de España. El calor va ligado, en general, a los toros, por lo que los abanicos también lo están. Ambos conceptos pueden unirse aún más si entra en juego el pintor Joaquín Martínez.

El interior de La Maestranza de Sevilla, un torero en el paseíllo, el toro en el campo o un caballo a la vera del mar. Estas son algunas de las estampas que convierte en arte pintándolas en sus abanicos que luego lucen en el coso muchas espectadoras. Para este pacense, la pintura y los toros, son sus aficiones y ha sabido combinarlas a la perfección.
Joaquín Martínez comenzó a pintar de pequeño, con apenas nueve años. Tomaba papel y lápiz y dibujaba las fotografías que veía por su casa. Fue su padre quien optó por apuntarle a la Escuela de Artes y Oficios donde aprendió del profesor José María Collado. Sin embargo, su juventud hizo que se cansase pronto y que lo dejase. Tenía diez años cuando apartó los pinceles.
«No volví a pintar. Pero al cabo de 40 años volví y escogí el abanico porque era un soporte menos visto. Con 50 años me puse a pintar abanicos de flores, hasta que un día, hablando con un buen amigo, Luis Carlos Franco, el presidente del Club Taurino de Badajoz, me sugirió que pintase motivos taurinos. Le hice caso y en el año 2003 empecé a pintar, aunque de los primeros a los que hago actualmente hay casi un abismo», explica este pacense.

La temática taurina no fue una casualidad. Joaquín Martínez ya era aficionado al mundo del toro anteriormente. «Mi hermano, Pepe Illo, fue novillero aunque no llegó a tomar la alternativa porque sufrió una grave cogida en Barcarrota. Sin embargo, conservaba la afición y yo le acompañaba a muchas corridas por toda la geografía nacional porque él no podía conducir», recuerda.
Sus viajes le han llevado a conocer los cosos más importantes de Extremadura y los de Málaga, Córdoba, Granada, Almería, Ronda, Barcelona, Sevilla y Madrid. Estas dos últimas ciudades tienen las que para él son sus plazas favoritas. De hecho en muchos de sus abanicos representa La Maestranza. «Siempre por dentro, por fuera es lo que siempre se conoce y prefiero el interior», subraya.
A muchas de estas localidades ha acudido para ver a Alejandro Talavante. «A mi hermano Pepe le encantaba y le hemos visto en más de 60 corridas por toda España. Algunas veces íbamos a verle al hotel y nos tomábamos un café con él», narra Joaquín, quién añade que ahora le ha regalado uno de sus abanicos a la madre del diestro. No es la única persona que lo tiene, también otros matadores extremeños e incluso ha enviado sus obras a la Reina Sofía, las Infantas Elena y Cristina y la Princesa Letizia.
«Lo mejor de esta afición es que he conocido a mucha gente. Me impactó mucho el fotógrafo Curro Cano 'Canito', Victorino Martín y también Morante», destaca.
El diestro de Puebla del Río es uno de sus favoritos, al igual que Curro Romero. Aunque no suele pintar las caras de los toreros, tiene algunos de Antonio Ferrera y 'El Fandi' en el tercio de banderillas. A los matadores prefiere pintarlos de espaldas. «Hay muchos aficionados que los reconocen por el capote de paseo. Dibujar caras es complicado en un abanico por las varillas», reconoce. Además representa toros y caballos en el campo y en la plaza.
Lo más sorprendente es que puede tener un abanico listo en apenas cuatro horas. Y sin bocetos. «Yo me tiro directamente 'a matar', desde el principio lo he hecho así. No me importa estropear algunos, pero si no te lanzas no aprendes. Además empleo una pintura que no permite borrar. Uso tinta china y en la madera no te deja borrarla. Y si no me sale, pues lo convierto en otra historia», apostilla Joaquín.
Ahora en el invierno, lejos de las plazas y los toros, toca trabajar en el estudio. Joaquín ha comenzado a pintar monumentos y edificios pues también le atrae la temática arquitectónica, pero no abandona el toro y tiene en mente pintar algunos cuadros taurinos. Aunque su verdadero sueño sería poder abrir una tienda donde exponer todas sus obras. De momento seguirá pintando abanicos que lleven aire fresco a todas las plazas de toda España.