viernes, 30 de diciembre de 2011

Algunas películas de toros

Rodolfo Valentino
Rodolfo Valentino
Todo empezó en 1896 y precisamente en París. Los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo y con las mismas enviaron a su embajador -Albert Proemio- a Madrid. Al embajador de los Lumière le fascinó la fiesta de toros y prendido en las astas de unveragua entró en la arena y así retrató La llegada de los toreadores a la plaza, en Madrid y siempre en exterior: sólo 17 segundos, que entonces era mucha tela. El primer torero que se puso delante de una cámara fue don Luis Mazzantini.
El argumento de una película de toros resulta muy simple. El protagonista es un torerillo, por lo general huérfano. No es casualidad que lo cuiden unas monjitas muy dispuestas. El joven se escapa del convento y en sus correrías conoce a una muchacha, que será su santa novia: pura, decente y enamorada. Lo peor es que también -cuando ha triunfado- se le cruza una moza de armas tomar; suele ser rubia, rica, hija de un ganadero, preferentemente aristócrata: es la mala. El huérfano tiene un rival: un torero maduro y triunfador de aviesas intenciones. Las monjitas siguen muy preocupadas y no les falta razón. Al final llega el percance y, en circunstancias más dramáticas, la muerte. Así sucede en Currito de la Cruz y El relicario.
Sería largo y fatigoso ir lidiando las películas de toros que en el cine han sido. Lo mejor es apartar algunas en sus distintas versiones. Vaya por delante Sangre y arena, inspirada en la obra de don Vicente Blasco Ibáñez, diputado republicano, escritor de moda y sello de correos de la República.
La primera versión de la novela de don Vicente es de 1922. La interpretó Rodolfo Valentino, en el papel del torero Juan Gallardo. El mundo entero descubrió la fiesta de toros y lloró por la muerte del héroe. Poco tiempo después el público -sobre todo ellas- se desmelenó con la muerte real del joven Valentino, galán de galanes del cine mudo, que aún no había alcanzado la cumbre de su popularidad.
Llegamos al cine en color. 1948. Diez años hace que murió Blasco Ibáñez, niño mimado en Hollywood, adorado en París y consentido en Valencia. Vuelve Sangre y arena. La dirige Rouben Mamoulian, un buen director. La interpretan Tyrone Power -el torero Juan Gallardo-, Rita Hayworth, nada menos que la hermosa Gilda, y Linda Darnell. Todo un lujo. La película es casi un sueño, uno de los mejores melodramas que ha parido el cine americano. Rita Hayworth -de raíces extremeñas- es la mujer fatal: una bellísima aristócrata-ganadera, que le quita el novio a Linda Darnell, morena y más buena que el pan. En esta película hay una danza española, que se marca la Hayworth y que resulta un verdadero gozo para ojos noveleros. Pero la secuencia cumbre, la que marca tan singular obra, es la barroca ceremonia en la que Juan Gallardo -sentado en algo así como un trono de cuento- es vestido de torero. Por cierto, Tyrone Power murió en Madrid, mientras rodaba Salomón y la reina de Saba.
No es fácil hacer una película de toros y aún resulta más difícil poner de acuerdo a taurinos y cinéfilos. Sin embargo, parece que media plaza saca a hombros, por la puerta grande, a Torero. Es sin duda una bonita película, acaparadora de premios y de elogios. La dirigió Carlos Velo, gallego, exiliado, aficionado a la fiesta y amigo de Buñuel. El director gallego conoció al diestro Luis Procura y se prendó del tema cuando el matador le habló del miedo.
Torero relata la historia de un matador que tiene miedo y se arrima, le produce terror dejar a su familia en casa y percibe la proximidad de la muerte. Es lo que se llama -de una forma un tanto cursi- un docudrama. No hay actores. Torero se proyectó en Cannes y luego en Venecia. El éxito alcanzado en Europa fue tremendo. La fiesta de toros ganó al público de cine y Luis Procura se convirtió en héroe. Carlos Ve lo tuvo mucho que ver con aquel triunfo.
Ha pasado más de un siglo desde que los Lumière dieron con su memorable invento y algunos años de lo que pudiéramos llamar la edad de oro de las películas taurinas. Los tiempos son otros y no deja de granizar. Los aficionados a la fiesta, los que van a la plaza, no suelen ir a ver películas de toros. El público de a pie, aún menos. Ha calado tanto esta mala costumbre que muy difícil, si no imposible, sería rodar una película donde el tema principal sea el enfrentamiento de toro y torero. Claro que aún pueden funcionar algunos melodramas y, sobre todo, ciertas películas escandalosas y supongo que mentirosas. Yo no he visto Manolete -del director holandés Menno Maijes e interpretada por Adrien Brody y nuestra Penélope-, pero me temo que nos dé un disgusto a cinéfilos y aficionados.
Jaime de Armiñán es director de cine.

CAMADAS-2012-GANADERÍA DE “ANTONIO PALLA”

(Javier Salamanca)
El hierro Salmantino de la Familia “Palla” de procedencia “Jandilla” y conocidos  como los “Fuenteymbros de Salamanca” tiene para la temporada 2012 tres novilladas y 3 corridas de toros.Esta ganadería es de las primeras que trajo sangre “Jandilla” al Campo Charro, algo que ya esta de moda en los últimos años.En Madrid este año 2011 lidió una novillada bien presentada, pero algo floja de fuerzas, dos novillos fueron ovacionados.
Habla el ganadero Antonio Palla (hijo)” tenemos una 150 vacas, actualmente ese numero ya esta bien.Una de las novilladas ira a Arles, otra esperamos que a Madrid y a ver si repetimos en la feria de Salamanca, una de las corridas ira a Francia casi seguro, creo que no tendremos problemas en colocar la camada entera, la verdad es que los precios están muy bajos, pero nosotros no vamos a vender los toros de cualquier manera”

En los últimos años han sido numerosas las ganaderías que en Salamanca se han pasado al encaste Domecq, entre ellas, El Sierro, Sepúlveda, Charro de LLen, J.P.Tabernero, así es el Campo Charro, moviéndose por modas, a ver que tal les sale la jugada.

 Foto: novillo “Carcelero” ovacionado en Madrid.J.Pelegrin.

El Ayuntamiento de Teruel rebaja el canon de explotación de la Plaza de Toros para intentar levantar la feria taurina

 La Comisión de Contratación del Ayuntamiento de Teruel ha aprobado las bases de concesión de la gestión de la Plaza de Toros que, el próximo martes, 3 de enero tendrá que ratificar el Pleno del consistorio. Según fijan esas bases, el canon de explotación se ha bajado hasta los 2.000 euros por año para que no sea un obstáculo a la hora de que se interesen grandes empresas taurinas que puedan reflotar "la maltrecha" feria de la ciudad.
   En declaraciones a los medios de comunicación, el concejal de Plaza de Toros, Jesús Fuertes ha indicado que las bases que hoy se han aprobado "son abiertas y asequibles para todo el mundo".
   Según ha apuntado, el canon de explotación "no va a ser un impedimento" para que puedan llegar empresas grandes  que "levanten la maltrecha feria de toros de la ciudad porque la verdad es que está por los suelos".
   El pliego de condiciones establece un canon máximo de 2.000 euros al año una cantidad mínima porque Fuertes ha recordado que "tampoco se puede regalar el inmueble", aunque la fianza se mantiene en los 40.000 euros que se pagaban hasta ahora.
   De esta forma, esperan conseguir que una empresa seria se pueda hacer cargo de unas instalaciones en las que "no tienen que hacer obras, ni mejoras".
   El contrato se firmará por 3 años, prorrogables por 2 más e incluye la obligación de celebrar "2 corridas y una más de rejones, aunque el empresario puede mejorarlo", ha dicho Fuertes. Además, el edil ha señalado que "queremos que haya calidad" en los festejos para lo que "ofrecemos un inmueble para que el empresario pueda hacer todas las actuaciones, taurinas o no, que quiera".
   El concejal también ha destacado que el consistorio ha tenido "mucha colaboración" en la redacción de este pliego de condiciones ya que "han participado medios de comunicación, miembros de la soga y la baga, de UTATE (la única asociación taurina de la ciudad, de la Policía Nacional" y ha dado como resultado "un consenso prácticamente total".
   El nuevo pliego de condiciones llega después de que el pasado mes de junio, y justo antes de la Feria del Ángel con motivo de las fiestas de la Vaquilla, el consistorio rescindiera el contrato a la entonces adjudicataria, la UTE Intertauro- Martauro por incumplimientos de contratos y ante el temor de que, como sucedió en otras ferias organizas por la empresa, se acabaran suspendiendo las corrida


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