martes, 3 de enero de 2012

FERNANDO DOMECQ, GANADERO DE “ZALDUENDO” “POR LA BOCA MUERE EL PEZ”

(Javier Salamanca)
Esto de la memoria, a veces trae sorpresas, en este caso para un ganadero que es muy querido por las llamadas “Figuras”.Los mentideros  taurinos parecen anunciar la llegada a Madrid de las reses de Don Fernando Domecq Solís, un señor cuyas frases a veces salen del cajón de la mesilla de un filosofo barato, no sabemos si al final el rumor se hará realidad o no, tampoco sabemos si estos animales son de ya de él  o pertenecen al batán de MATILLA.Lo cierto es que este señor que últimamente ha tenido algún desatino ganadero esta a punto de incumplir su palabra y me explico:
Hace algunos años, no recuerdo la fecha, pero si que fue en una conocida revista taurina cuyo nombre no voy a dar pues su director me pone de mala leche, pronuncio esta frase:
“NO LIDIARE EN MADRID MIENTRAS EXISTA EL TENDIDO 7”
La frase ahí queda, ahora que sus toros salgan bien presentados, bravos y encastados, de lo que todo nos alegraremos y si no es así, quemaremos su ganadería, al igual que usted quiere que desaparezca un tendido, que tendrá como todos, buenos, malos y regulares aficionados y nadie tiene que desaparecer, ni el 7, ni el 8 ni el 2 ni………
Creo y que alguien me corrija que en 2004 se lidio un novillo-toro  en un festival en la plaza de Madrid y al que un miembro del G-10, cortó una oreja o dos no recuerdo, desde entonces hasta hoy, el señor Domecq Solís ha cumplido su palabra, éste tranquilo que el llamado tendido 7, no ha desaparecido, haga usted lo que crea conveniente que yo ese día si la cosa sale mal, estaré preparado para darle el tostón.
Para terminar una filosofada del señor ganadero sobre el término TRAPIO:
Trapio es un toro que tiene hechuras de embestir, un toro cuyos cuernos entran en la muleta”

Foto: El Albero

HISTORIA DE LA PRENSA TAURINA DESDE FINALES DEL XVIII A NUESTROS DIAS

HISTORIA DE LA PRENSA TAURINA DESDE FINALES DEL XVIII A NUESTROS DIAS (Capítulo II)

“LA PREHISTORIA DE LA PRENSA ESPECIALIZADA”


Por El Zubi
El origen de la prensa taurina hay que buscarlo en el “Diario de Madrid. Fue un 20 de junio de 1793 cuando se publicó por primera vez  una revista de toros. Era una especie de separata dentro del periódico mencionado en la que se informaba de manera monográfica, de la cuarta corrida de Feria celebrada el 17 de junio del año citado en la Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá, a beneficio de los Reales Hospitales. Aquel día se lidiaron 6 toros por la mañana y 12 por la tarde, estoqueados por los hermanos PedroJosé Antonio Romero. Todo este trabajo periodístico iba firmado bajo el seudónimo de “Un Curioso”. Nunca se supo a ciencia cierta quien se escondía detrás de ese seudónimo y sin proponérselo, implantó la costumbre entre los revisteros taurinos de esconderse tras la firma de sus seudónimos. Lo cierto es que la publicación tuvo una gran acogida entre los lectores madrileños, ávidos siempre de lectura de periódicos y más aun si esta se refería a hechos ocurridos en la Plaza de Toros de Madrid. A partir de esta fecha el“Diario Madrid siguió incluyendo de manera asidua  la reseña informativa de las corridas que se celebraban en la capital. La idea fue copiada por los demás periódicos capitalinos y dio pie a que se iniciase una nueva era en la Historia del Periodismo español,  pues comienzan a darse los primeros pasos de lo que se ha dado en llamar la “prensa especializada”. La primera publicación de carácter exclusivamente taurino vio la luz en 1819 y se titulaba “Estado que manifiesta las particularidades ocurridas en esta corrida”. Esa era, digamos, la cabecera y la marca de la revista y salía a la calle al día siguiente del acontecimiento taurino sucedido en Madrid. Llegaron a salir catorce números de esta publicación. En 1820 aparece otra revista taurina que tuvo vida efímera: “Cartel de Toros” era su cabecera y no se conoce ninguna otra publicación de este tipo hasta que en 1845 que sale  “El Toro, colección de biografías y retratos de los más célebres lidiadores”, que naturalmente no tenía un carácter informativo inmediato a los hechos acontecidos, sino que era una publicación sobre tauromaquia y sobre toreros. De 1847 es otra publicación llamada “La Flor de la Canela”.En Sevilla también sentían las mismas inquietudes periodísticas taurinas que en la capital de España, pues en 1849 José Velázquez y Sánchez bajo el seudónimo de “Don Clarencio”, saca la famosa publicación “Cartas Tauromáquicas” que tuvo un éxito arrollador entre el público y abrió nuevos caminos en este tipo de prensa, ya que se recoge en ella reseñas periodísticas en verso de las corridas celebradas en la Maestranza sevillana. Estuvo publicándose durante 20 años hasta 1869.  También en esta ciudad andaluza salió en 1848 otra buena revista taurina “La Tauromaquia”, que si bien tuvo una corta vida,  marcó de manera contundente un modelo ya de revista especializada en toros. Su creación fue iniciativa de  Manuel María de Santa Ana, que fue su fundador, regente y redactor.En Madrid en 1850 sale un periódico que se hizo famoso pronto: “El Clarín”, cuya marca decía “Periódico taurómaco, bullicioso y retozón...”. Tenia periodicidad semanal con salida los miércoles y duró sólo un año. Lo fundó y dirigió Joaquín Simán, amigo apasionado del entonces famoso torero Juan León. Estos años en la capital de España era un hervidero de periódicos y revistas. Estamos en lo que en la Historia del Periodismo español se vino en llamar “Periodismo Ideológico y de Opinión” referido claro está a la política, pero que tuvo su influencia en todo lo referente a lo taurino. En sus contenidos predominaba la opinión a la información y formaban parte de esa historia apasionante y disparatada que fue el siglo XIX español, en que lo taurino se daba la mano con lo político y viceversa.En 1851 aparece en Madrid un periódico taurino que vino a suceder a “El Clarín” tras su desaparición y que tendrá una longeva vida: la cabecera era “El Enano” y en su marca rezaba: “Periódico picante, burlón y pendenciero”. Era predominantemente de contenido taurino aunque también daba cabida a la crítica teatral, modas y costumbres, chismes, poesías... y sobretodo a las loterías. Tanta importancia le fue dando a estos últimos contenidos relacionados a las apuestas al azar, que en 1858, cuando iba ya por el número 394 cambia de cabecera para llamarse “Boletín de Loterías y Toros”  y así se estuvo llamando hasta 1887 en que en el número 1.781 vuelve a adoptar la cabecera anterior de nuevo: “El Enano”, volviendo a prestarle su máxima atención a los toros. El alma de este gran periódico fue José Carmona y Jiménez que compró la cabecera a Joaquín Simán y Manuel López Azcutia, sus antiguos propietarios. En 1885, a la muerte de Carmona, le sucede  Jiménez Pastor que retoca la cabecera llamándole “El Enano deMadrid”.En 1867 sale otro periódico taurino de gran repercusión: “El Mengue”, cuyo redactor y director fue Mariano Garismán Blanco que firmaba bajo el seudónimo de “Mariané”. El periódico usaba un lenguaje duro, audaz y a veces hasta violento, pero lo hacía con inteligencia y gracia. Criticaba el toreo de adornos y filigranas, de recortes y quiebros. Esta era la época en que había una apasionante rivalidad en la afición entre los partidarios de El Tato y los de El Gordito.En estos añosMadrid supera de manera abismal al resto de España  en cantidad y calidad  de periódicos y semanarios taurinos. No obstante hay que resaltar que en Sevilla y Cádiz había en estos años algunas importantes publicaciones que vale la pena reseñar. En Sevilla se publicaba “Cartas de Don Florencio” de Policarpo Cantaclaro, que no era otra cosa que una mera imitación de las “Cartas Taurómacas” de Velázquez y Sánchez anteriormente citado. En Cádiz se publicaba por estos años (1875) “El Chiclanero. Revista Taurina”. En esa ciudad andaluza unos años antes (1852) se publicaban varias cabeceras taurinas de renombre en la zona “El Látigo”, y otras como “Cartas Taurómacas”“El Criticón” (1856) y “Antón Perulero” (1864). En Barcelona por ejemplo, la primera revista taurina no apareció hasta 1852 y su nombre era “La Lid”, que por cierto duró bien poco. En 1863 salió otra publicación que se llamaba  “Fra-Diávolo”.En Madrid alcanzaron notoriedad “El Tábano” fundado en 1870 por José Santa Coloma, que firmaba con el seudónimo de “Pilatos” y estuvo en la calle durante 11 años. Hay que decir que este tal “Pilatos” fue mejor aficionado que escritor ya que sus escritos dejaban mucho que desear en cuanto a calidad literaria. “El Tío Jindama” fue una revista taurina muy popular y de larga vida que vio la luz  en 1879. Por estos años del siglo XIX sale  a la luz la mejor revista de toda esta época y que abre nuevos caminos para el futuro de la prensa taurina por su calidad en la edición y en sus cuidados contenidos. Fue el espejo en el que se mirará toda la prensa taurina del siguiente siglo. Me refiero a “La Lidia”, editada por  Julián Palacios, que tuvo la habilidad de introducir los más sofisticados medios técnicos de imprenta que había en esos años y todas las mejoras registradas en las artes gráficas y que perdurarían ya hasta bien pasada la mitad del siglo XX.  Fue sin lugar a dudas el mejor periódico de la  época por su calidad en el papel y su cuidada edición. Introdujo por primera vez en una publicación periódica el color, y publicó en el transcurso de su larga vida una colección de estampas con escenas taurinas a color que desde entonces han sido objeto de la especulación entre coleccionistas de diferentes siglos. Por este periódico pasaron las firmas más acreditadas: colaboraciones de escritores taurinos afamados, revisteros, aficionados y verdaderos eruditos y maestros como: Carmena y Millán, el Doctor Thebussem, Sánchez de Neira, Pascual Millán, Martos Jiménez alias “Alegrías”, Peña y Goñi, Mariano de Cavia que era conocido por el seudónimo de“Sobaquillo”... A raíz de estos adelantos tecnológicos referentes a las artes gráficas, comienza a evolucionar también el cartel taurino, que va a ser sin duda un reflejo del diseño gráfico e industrial de cada época.La historia del toreo de estos años va íntimamente ligada a la historia del periódico “La Lidia”,  y otras muchas publicaciones, aprovechando el tirón de este magnífico medio de comunicación y de los adelantos técnicos en cuanto a artes gráficas se refiere, salen a la calle en busca de nuevos públicos con otras cabeceras. Unos son diarios y otros de carácter semanal: “El Arte de la Lidia” (1833), “La Nueva Lidia”(1884), “Pan y Toros” (1896). En Sevilla corren los mismos aires que en Madrid. Allí salen a la calle “El Arte Taurino” (1896), “El Arte Andaluz” (1894). Pero sin duda, ninguna de estas publicaciones logra la vida dilatada y el prestigio y calidad de “La Lidia”, que tras su muerte, reapareció de nuevo en 1914 en su segunda etapa, con el mismo empuje y el mismo prestigio que en la primera. Aprovechando los adelantos técnicos de fotograbado e imprenta a finales del siglo XIX sale una importante revista: “Sol y Sombra” (1897), que cobijó entre sus páginas a escritores como Guillén Sotelo que firmaba con el seudónimo de “El Bachiller González de Ribera”, o revisteros como Eduardo Rebollo alias “El Tío Campanita”, incorporando además ya algo nuevo en la Historia del Periodismo español, que es la creación de corresponsalías enSevilla y Barcelona. Sus dueños eran los Carrión y se mantuvo en la calle durante 20 años sin decaer, y cuando lo hizo, aún tuvo una segunda época bajo la dirección de Valentín Bejarano, gran escritor taurino, hasta que con la muerte de este en 1940 murió con él la afamada revista. Este fue el final de esta primera etapa del periodismo taurino, que dará paso a la siguiente en la que las grandes cabeceras dejarán de tener protagonismo para dárselo a las firmas de los periodistas de diarios de información general que incorporaron sus estafetas taurinas entre sus columnas. Una época sin duda apasionante desde el punto de vista periodístico e histórico.   (Continúa mañana)  HISTORIA DE LA PRENSA TAURINA DESDE FINALES DEL XVIII A NUESTROS DIAS (Capítulo II)        

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Libros taurinos, todo un regalo para los buenos aficionados

Existe una amplia producción
 de libros de tema taurino
 en lengua española
a ambos lados del Atlántico.


En España y los países donde hay corridas de toros se editan anualmente más de doscientos títulos de temática taurina
FRANCISCO ORGAMBIDES

En España el espectáculo de masas es el fútbol pero se editan más libros de tema taurino que de balompié. No sé si eso querrá decir que la afición taurina es muy culta, pero sí que es la que más lee.
Porque el aficionado taurino tiene, por lo general, perspectiva histórica de la fiesta y lee mucho sobre su historia. Por eso hay tantos libros -muchos más de ensayo que de narrativa- en torno al mundo del toro, y una sólida Unión de Bibliófilos Taurinos que anualmente edita importantes obras.
Para un aficionado a los toros un libro sobre su espectáculo favorito es un regalo que siempre caerá bien. No son difíciles de encontrar. El Corte Inglés suele tener un mueble dedicado a la tauromaquia y los buenos libreros están atentos a las novedades. En Cádiz las Librerías "Manuel de Falla" y "Q y Q" -antigua "La Marina"- tienen siempre libros de toros, como la "Librería Agrícola" de Jerez o "El libro técnico" de Carlos Pérez Prieto en Algeciras. En la capital, de lance y ocasión, se pueden adquirir libros taurinos en "Raimundo" o "Chencho", tras el chalet de Varela.
También hay un amplio mercado en Internet. Es prácticamente imposible que Egartorre o la Librería Rodríguez, ambas en la red y con venta a todo el mundo por correo, no tengan un título taurino que busque. Además en la segunda, María Victoria Rodríguez, tiene también en catálogo libros antiguos, artísticos y rarezas.
Y hay mucho más en la red. En Fiestabrava.es el veterinario puertorrealeño Juan Zaldívar pone a disposición de todos sus libros de tema taurino, una amplia producción, en formato PDF. Nada menos que once libros de historia del toro bravo y su crianza, y de importantes ganaderos de las dos orillas del toreo: Llaguno y Miura.
Hasta le puede salir gratis el regalo: todos los años La Garrocha de El Puerto publica un libro taurino en edición no venal. 
En general es muy amplio el tipo de libro de toros existente en el mercado. Generalmente los que publica la Fundación de Estudios Taurinos de Sevilla, la Unión de Bibliófilos Taurinos o la Universidad de San Pablo CEU de Madrid están dirigidos a un lector más interesado en la historia, origen y reflexión sobre la fiesta, a un nivel muchas veces científico.
Hay otros editores como la Diputación de Valencia que divulgan la tradición taurina de su territorio y editores privadas como Alianza Editorial o Turner que han alcanzado importantes éxitos editoriales con la temática taurina . Así Alianza Editorial elevó a la categoría de best sellerel libro "Juan Belmonte" de Chaves Nogales y Turner consiguió lo propio con las obras de Bergamín, "Matador" -ahora reeditado- de Conrad, o publicando a Joaquín Vidal con "El toreo es grandeza".
Y para terminar un placer exclusivo, por calidad y corta tirada: leer "Un día de toros en El Puerto", de José María Rojas Guillén, en la butaca de una añeja biblioteca, con una copa de oporto al alcance de la mano. 
No busque más para ese pariente aficionado, embarque un libro y si el volumen embiste, si es de tema taurino, mejor para él.
Diario de Cádiz
FUNDAMENTO CULTURAL DE LA FIESTA DE LOS TOROS
por José Almenara Barrios

 Pretendemos, aquí, poner voz a las personas que han escrito de toros y sobre toros, y acallar así las ignorantes voces de los antitaurinos que achacan a los defensores del arte esa incultura que es patrimonio exclusivo suyo.
     Cuando aquella fatídica noche de 1936  el poeta fue asesinado, le acompañaba en el último viaje un banderillero que también encontró la muerte abatido por los fusiles fascistas. Pocos meses antes, Federico García Lorca nos había dejado dicho que "la fiesta de toros es la más culta que hay hoy en el mundo".
Previamente dijo: "El toreo es, probablemente, la riqueza poética y vital mayor de España".
     Para rematar la faena, por si alguien piensa todavía que la fiesta de toros es asimilable a una tradición de incultos, veamos que pensó de ella el Profesor Tierno Galván, mejor dicho como razonó filosóficamente sobre la fiesta. En un singular libro titulado: "Los toros acontecimiento nacional", nos dejo dicho:
"Los toros son el acontecimiento que más ha educado social, e incluso políticamente, al pueblo español".
Y de nosotros los aficionados ¿qué dijo?. Escuchen con interés. Siéntanse orgullosos, de pocos espectadores se ha escrito algo tan bello:
"(...) el espectador de los toros se está continuamente ejercitando en la apreciación de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto, de lo bello y de lo feo. El que va a los toros es exactamente lo contrario de aquel aficionado a los espectáculos, de quien dice Platón que no tolera que le hablen de la belleza en sí, de la justicia en sí y de otras cosas semejantes. El espectador de los toros no es un mero, un simple aficionado a lo espectacular, ni tampoco exclusivamente un entusiasta de la exaltación embriagadora, es, mejor que todo esto un amante del conjunto del cual, en cuanto acontecimiento, es parte necesaria".
     Curiosamente, todos los escritores españoles que han sido o son algo se han asomado al balcón de la Tauromaquia, a continuación citamos a los más relevantes.
Tengo que empezar con nuestro Alberti, como no nombrarlo aquí, y como no ligarlo a "Joselito". Del torero admiraba el poeta: "aquella seguridad y gracia juguetona, aquel burlarse suyo de la muerte, únicos en la historia del toreo".
     Perdonen, ahora, la retahíla, pero quiero que sea así, que no queden dudas; los nuestros son los cabales, "los imprescindibles", que diría Bertold Brecht: Góngora, Quevedo, Nicolas Fernández de Moratin, los mencionados Lorca y Alberti, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández, Antonio y Manuel Machado, Gerardo Diego, Chaves Nogales, Ortega y Gasset, Ramón Pérez de Ayala, Salvador de Madariaga, Américo Castro, José Bergamín, Camilo José Cela, y tantos otros.
    Por cierto, creo que hemos valorado poco las palabras de D. Ramón Pérez de Ayala sobre los toros, me gustaría recordarlas, nos dice: "No. Nunca... los toros no pueden morir. Moriría España". Esa identificación es enormemente interesante, y de una candente actualidad. Algunos nacionalismos extremos que soportamos parece que han llegado a esa misma conclusión, ¿o no es el ataque a la Fiesta en Cataluña, en parte, un ataque a la idea de España como nación? Eliminada la Fiesta de Cataluña, es mucho más fácil decir que no somos españoles. Por terminar con D. Ramón Pérez de Ayala, me gustaría citar la idea que plasma cuando le preguntaron si los toros es símbolo de incultura, él respondió: "¡Tonterías! Si los toros no se universalizan más es porque no es posible. Porque no tienen en todos los países la posibilidad de tener nuestras ganaderías. Los toros son un arte y un drama".
    Recordemos, también, las palabras de Salvador de Madariaga, nos dejo dicho de la corrida: "Participa de casi todas las artes. Fundamentalmente es un drama: el hombre esta en constante peligro, y el toro, destinado a la muerte.
Este hecho le da una especial tensión. A este aspecto dramático se unen las demás artes. Una corrida es una pintura de una belleza impar, en la que juegan papel decisivo el color y la luz cambiante. A la vez, es una obra maestra del arte escultórico y en ella son decisivos elementos del ballet, porque es una síntesis de color y movimiento. Y no cabe imaginar corrida de toros sin música.".
El caso de don Américo Castro, es singular. Una vez abandonada una forma cuantitativa de hacer historia de corte demográfico o económico, recaló en un sentido problemático de la historia, no sólo el dato demográfico es analizable.
En ese momento, es cuando entiende la corrida de toros como la "morada vital hispánica". Para él la tauromaquia es "espectáculo nacional y símbolo del vivir como riesgo absoluto frente a un destino amenazador, sólo conjurable mediante heroicas destrezas (...), un rito solemne en el que autentico hispano, sin saberlo, rinde culto a la esencia de su forma de vida".
     También se acercaron y quedaron prendados del drama taurino una gran parte de la generación del 27 (auspiciada por el torero y dramaturgo Ignacio Sánchez Mejias). De ellos, unos de los más importantes en cuanto al tratamiento que lleva a cabo en su obra de la temática taurina es José Bergamín, como nos dice Andrés Amorós "cualquier consideración intelectual de la Fiesta tendrá que tener muy en cuenta sus libros. (...). Entrelaza en los mismos las referencias a Lope, Kierkegaard, Sartre, Landsberg, Bergson,
etc.".
    Dijo Bergamín:
"En el toreo se afirman, físicamente, todos los valores estéticos del cuerpo humano (figura, agilidad, destreza, gracia, etc.), y, metafísicamente, todas las cualidades que pudiéramos llamar deportivas de la inteligencia (rápida concepción o abstracción sensible para relacionar). Es un doble ejercicio físico y metafísico de integración espiritual, en que se valora el significado de lo humano heroicamente o puramente: en cuerpo y alma, aparentemente inmortal."
Los que equiparan los toros, con cierto desprecio, a un espectáculo tradicional, castizo o costumbrista, deberían reflexionar ante la agudeza de Bergamín, que dejó escrito:
"No hay nada menos castizamente español que la lidia de un toro en la plaza cuando es ejecutada perfectamente... El toreo no es español, es interplanetario."
De Bergamín, de su libro La Música callada del toreo dedicado al genial Rafael de Paula me parece deslumbrante el párrafo siguiente:
"Decía el filósofo Bergson que la precisión del pensamiento la inventaron los griegos. Los andaluces, al inventar el toreo, inventaron, o añadieron, al pensamiento, una especie de voluptuosidad de la precisión que es el toreo mismo. Sobre todo al ceñirse a ella en la suerte, en el recorte y en el galleo."

    Finalicemos esta semblanza de los escritores e intelectuales más clásicos con Camilo José Cela, nuestro premio Nobel de Literatura, él, que dijo cuando La Coruña recientemente recuperó su plaza de toros, que por fin la ciudad se incorporaba de nuevo a la verdadera cultura. Éste D. Camilo nos ha dejado una interesante obra de literatura taurina, pero no quiero entresacar de la misma ideas o argumentos sesudos sobre la Tauromaquia. De Cela, aquí, me  gustaría dejar constancia de su actividad torera, no hay mejor argumento para la reflexión. De hecho recoge Amorós que cuando se busca en las biografías autorizadas de Cela, aparece su condición de torero. Así, en la nota de Quién es quién en las letras españolas se dice de Cela: "Periodista, poeta, torero, pintor...".
    Pero en la literatura y ensayística actual también está presente la Tauromaquia, a modo de ejemplo de autores cercanos a la misma, podemos citar: a Fernando Sánchez Dragó, a Antonio Gala, al catedrático Andrés Amoros, al profesor de psiquiatría Fernando Claramunt, a los filósofos Savater y Gómez Pin, o a nuestro Felipe Bénitez. Todos ellos no son escritores que pasen de soslayo por el tema, en realidad, tienen un discurso comprometido con la Tauromaquia.
    De los intelectuales actuales me atrae de manera muy especial la posición respecto a los toros del dramaturgo Albert Boadella. Será porque me gusta dejar ahora con cara de idiotas a los catalanistas de nuevo cuño, a esos que quieren erradicar la fiesta de los toros de Cataluña. De nuevo, estocada en todo lo alto a la intolerancia. El genial catalán, el padre del teatro moderno, de la vanguardia escenográfica, el paradigma de artista catalán, les ha salido rana, y nos dice, escuchen bien:
"(...) los toros han sido también el núcleo de mis criterios artísticos (...)". "La ceremonia taurina constituye hoy una excepción, porque esta insólita manifestación ha permanecido como el rito pagano más antiguo del mundo occidental, pero con la característica singular de que mantiene una plena vigencia, es decir, no se ha pervertido en folclore. El asentamiento moderno de los toros es la consecuencia de un pueblo reacio a los "inventos", que ha conseguido preservar el rito ancestral mediante una sabia resistencia a los embates de las modas".
El también catalán, y catedrático de Filosofía de la Universidad Autónoma de Barcelona, coordinador del Congreso Internacional de Ontología patrocinado por la UNESCO, y miembro asesor de los estudios de doctorado de la Universidad de París X. Define a la Tauromaquia como la Escuela más sobria de vida, precisa a la Tauromaquia como "exigencia indisociablemente ética y estética". Este profesor investiga sobre la  reivindicación de la singularidad del ser humano en el seno de la animalidad.
     De la literatura podríamos pasar a la música, de los ensayos a la opera. El mundo de los toros ha dado lugar como ninguna otra expresión humana a una rica y variada producción musical. Es evidente, la existencia de un género musical ligado a lo taurino, el pasodoble. Pero existe también una producción clásica operística o sinfónica.
Incluso los autores de la música más actual han sido inspirados de alguna u otra forma por el universo taurino. Por ello, no me privo de leer un soneto de un cantante actual (por aquello de que siempre hay alguien que dice que estamos anclados en el pasado), en concreto uno de los sonetos que dedica Joaquín Sabina al torero José Tomas:

"Cosido a tu capote
José Tomas canta como Tiziano,
levita como dios, saca de quicio,
se venga del bochorno del verano,
prende un horno sin juegos de artificio.
Compite en quites, mece en chicuelinas,
va de paseo al coliseo de Roma,
desentumece, por manoletinas,
la rutina ferial Santa Coloma.
Republicano zar de los toreros,
el barrabás parece, cuando pasa
por tu fajín, rocín de don Quijote.
Tu pasión es cruzarte con isleros,
tu puerta la del príncipe y tu casa
mi corazón cosido a tu capote."
   
    Va siendo hora de terminar, no puedo detenerme en el papel de la Tauromaquia en la pintura, el cine, la fotografía, el teatro, la antropología, la historia, la ciencia, la taurotraumatología, la economía, el periodismo, la veterinaria, la ecología, las nuevas artes escénicas, la sociología o la arquitectura. 
    No quiero dejar, tampoco, de mencionar el impacto de la fiesta en los intelectuales foráneos, citemos, como ejemplo, la fascinación del espectáculo y de determinados toreros en los viajeros románticos del XIX. O más recientemente en los norteamericanos Orson Wells, o el premio nobel de literatura Ernest Hemingway. O sobre toda una pléyade de intelectuales franceses actuales que se acercan a los toros con veneración y enorme tolerancia y respeto.
    Para terminar, algunas reflexiones finales, seamos radicales, sólo existe un argumento, de naturaleza ética, para defender la fiesta frente ataques externos: el ejercicio que supone que un hombre libre lidie un toro integro.
     Los argumentos estéticos no son viables, dada la ceguera, como dije antes, del que no quiere ver o no sabe ver.
Basándonos en todo lo expuesto los taurinos manifestamos:
 1.-La fiesta de los toros en sus múltiples expresiones, de las cuales la corrida es el paradigma actual, representa un patrimonio cultural para España de primer orden.
 2.-La corrida, se quiera o no, identifica a lo español, entre otras cuestiones porque ha impregnado e impregna toda y cada una de las bellas artes que se desarrollan en nuestro país.
 3.-El toro es no sólo un símbolo primigenio de la cultura ibérica, sino que representa un objeto cultural que es necesario preservar, no encerrándolo en un zoológico sino manteniéndolo en su hábitat natural, alejándolo de la muerte indigna de un matadero.
 4.-La ganadería, y en concreto el medio donde ella se desarrolla, la dehesa, representa un patrimonio ecológico que convierte a España en reserva natural frente al resto de países europeos. Como recientemente ha dicho Victorino hijo, el ganadero de bravo es un verdadero gestor medioambiental.
 5.-El espectáculo taurino constituye una actividad económica de primera línea por el impacto económico que realmente tiene la fiesta en nuestra sociedad.
Dejando claro que representa el segundo espectáculo de masas de España, movilizando millones de personas en una temporada, y generando miles de puesto de trabajos directos e indirectos.
6.-Es necesario un reajuste de la política fiscal que soporta la fiesta, gravada con impuestos demenciales y nulamente beneficiada.
 7.-Instamos a los poderes públicos a generar e implantar políticas nacionales, autonómicas y locales para salvaguardar y fomentar a la fiesta de los toros como patrimonio cultural heredado.
 8.-Solicitamos que la fiesta de los toros ocupe el papel que le corresponde en los medios informativos de titularidad pública en consonancia con el volumen de espectadores que mueve anualmente. Es urgente, un replanteamiento por parte de los gestores de medios audiovisuales públicos de su política de ocultamiento, fundamentalmente televisivo, del hecho taurino.
 9.-Instamos a que todos los actores implicados en el espectáculo: toreros, ganaderos, empresarios, apoderados, informadores, administradores y aficionados, pongamos énfasis en una mejora del desarrollo de la corrida, atendiendo al sentido evolutivo del espectáculo, pero si pervertir su esencia.
 10.-Reivindicamos los valores de nuestra fiesta y nos enorgullecemos de llevarla por bandera a donde quiera que vayamos.
 Termino con una cancioncilla popular, como aviso a los navegantes, es la conocida tonadilla de Ricardo de la Vega y Chueca:

"Es una fiesta española
que viene de prole en prole
y ni el Gobierno la abole
ni habrá nadie que la abola".


   
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