lunes, 28 de mayo de 2012

Eligiendo los toros para la feria de Orthez

El matador de toros Paulita (que estará en el cartel de la feria) lidio siete vacas en el tentadero
© P.-O. juliano
Fernando Palha, de 82 años, una personalidad. Su familia criaba toros de hace más de un siglo.
© P.-O. JULIEN
Antonio  Veiga-Teixeira y  las personas que fueron de Orthez.
© P.-O. J.
Yves Pétriat (primer plano) dirige la cinta promocional, de la feria taurina.
© P.-O. J.
En el campo ganaderia Veiga Teixeira, el torero, Paulita (izquierda).Comisión Taurina y admirado los  toros para Orthez en julio.
© Pierre-Olivier Julien
 




Asoma la casta; conato de bravura.



Surtida, variada, nada ociosa y reveladora la tarde de hoy en Madrid, con la estirpe Contreras representada hoy en el hierro de Baltasar Ibán. Parejos en hechuras, cinqueños 1º,2º Y 5º,  formando una campana de Gauss en sus comportamiento, esto es: 2º,3º y 4º (hubo un 5º más desigual de peso al resto,  y más bronco y geniudo, que pidió papeles y no le fueron mostrados) que acumularon trazas y cataduras de bravo que ni vimos (ni nos enseñaron) en el 1º ni el que cerraba la tarde.
Incluso a pesar de los aniquiladores tercios de varas (auténtico ERE taurino: cotizamos por algo que no nos suministran, el monopuyazo como argumento solista) estos tres que centraron la corrida, aplaudidos en el arrastre, fueron más que propicios para la obtención de triunfos y la reivindicación, finalmente baldía, de los coletudos del cartel.
Toros con motor de dos tiempos: uno iniciático que acompañaba de forma casi pastueña el cite de los matadores, y una segunda marcha que aceleraba la embestida y el celo de los moritos una vez punteaban la muleta. Codicia en dos fases.

Seleccionar toros para que acometan y honren su muerte en un ruedo es la reválida casi siempre suspensa de los toreros de hoy en día, que a veces los toros embisten, se encelan, persiguen el estímulo y no sirve con poner piloto automático, en modo carretón.

Fermín Spínola, séptimo mexicano en esta Feria de San Isidro, se ha ido sin poder mostrarnos cuál han sido los méritos contraídos para acautelarse en estos días. Nunca consiguió conectar con los tendidos, ni siquiera con esas jacarandosas fregolinas a su primero, ni se acopló con su lote, siempre a trasmano, si bien es verdad que su primero fue derrengado y vapuleado en varas, que más que un tercio eso parecía una emboscada a traición, tuvo un segundo, “Ruiseñor” de nombre, que no paró de suplicarle, a base de fijeza y cierta transmisión, distancia y colocación para comerse la bamba de su muleta. Al contrario que su tocayo en Bread, a Spínola no le quedó otra que envainársela y rendirse.

Serafín Marín posiblemente está ya en el top ten de los toreros de esta Feria con mayor fortuna en  los sorteos de los lotes. Tardará el bueno de Serafín en borrar de su memoria el nombre de “Pistolero”, bragado meano que fue ajusticiado por el piquero y que, a pesar de la zurra, tuvo la casta suficiente como para acudir con prontitud y buen son  a los toques de Serafín. Dos tandas con la derecha bien iniciadas –dando una razonable distancia que Spínola por ejemplo no concedió al primero suyo- y con un buen segundo muletazo –con el toro detrás de los vuelos enciscado en alcanzarlos- que se volvía descolocación y cierto vértigo en un tercer pase que nunca llegaba. Por la izquierda el toro nunca lo puso fácil, y ahí es cuando comprobamos que traer la faena hecha de casa sólo consigue dejar en evidencia al que está trasteando. En el quinto, con algo más de guasa y sin tanta franqueza como el anterior, Serafín sólo pudo nadar y guardar la ropa.
Aunque más en su primero que en este segundo, un par de pelúas no cambiaron de dueño por un último tercio de espadas que mejor lo enviamos a nuestra papelera de reciclaje.

Rubén Pinar, que es a Albacete lo que El Juli a Velilla de San Antonio, no ha podido refrendar su buen sabor de boca del Domingo pasado con los Guardiola Fantoni.  Siempre con su toreo de engañifa, como malabarista que al final pasa la boina para recoger la propina (curiosa la dicotomía de los “bieeeeen” de una buena parte de domingueros enfrentada a los pitos de una mayoría de abonados que hoy no han fallado a la cita), hoy se ha demostrado que con un torito encastado, al que hay que hacerle cosas con oficio –buena intentona esa de dar distancias kilométricas al toro, distancias que se van acortando hasta cristalizar en un pegapasismo crónico y un pico más grande que el de un grulla- se ha aturullado lo suficiente como para quedar en evidencia sus artes y su inabarcable recorrido para ser algo en esto. Inédito en el sexto.

Nos gustó, y saludó por ello desde el tercio, El Chano por sus pares de garapullos al quinto de la tarde. Menos nos camelan las varillas de sus capotes, antiestéticos alambres a la para que poco toreros.


Posdata: buenos entremeses estos de Ibán, entrante nada empalagoso para el atracón de esta semana torista, que es la que de verdad da sentido y raciocinio a esto de ver los toros.