Rubén Pinar durante la entrevista en ‘Grana y Oro’. / Óscar Navarro
Entrevista a Rubén Pinar, Matador de Toros.
¿Cómo va transcurriendo el invierno por tierras murcianas en la finca de Nazario Ibáñez?
Muy a gusto, pues me permite estar todo el día metido en el campo,
rodeado de toros bravos en todo momento y entrenando. Pienso que para un
torero no hay una mejor forma de pasar el invierno. Además me siento
como en casa, pues es una familia que me trata como a uno más, de ahí
que siempre estaré en deuda con ellos. Sinceramente, es una suerte poder
estar allí todos estos meses, así que lo que hago es aprovechar a tope
el tiempo para estar lo más preparado posible cuando comience la
temporada.
¿Qué vida hace allí?
Me levanto a las ocho y la mañana la dedico a ejercicio físico y a
torear un poquito de salón. Corro y ando entre una hora y hora y media y
más tarde, después de estirar y torear un poquito de salón, empiezo a
hacer abdominales y demás. Después de comer me dedico a tareas más
propias de campo, apartando a los animales, poniendo fundas a algún
toro o echando de comer al ganado. Y ya por la tarde, vuelvo a torear de
salón, entro al carro. Es decir, todo el día metido en el toreo, pero
sin que se me llegue a hacer pesado.
¿Se le está haciendo largo?
Este año quizá sí, porque la última corrida que toreé fue en Utiel en
septiembre y son muchos meses desde entonces hasta ahora sin pisar un
ruedo. Pero bueno, estoy ilusionado porque veo a mi apoderado trabajando
duro también para poder sacar adelante una buena temporada. Espero que
dé resultado y que yo dé la cara.
Lo que sí le tiene que doler es no haber ido a América
Sí que me está resultando duro, muy duro ya que podría estar dando la
cara allí, si bien también soy consciente del momento que atravesamos.
Dentro de lo malo, en la finca de Nazario me siento feliz y eso siempre
es muy importante y más para mí que la parte anímica me afecta mucho.
Durante estos meses habrá tenido mucho tiempo para repasar la temporada...
Desde luego y la conclusión que saco es que ha sido corta, aunque bien
es cierto que también ha habido dos o tres tardes muy importantes en las
que he visto que mi evolución ha ido a más. Ver que cada día soy mejor
torero es lo que más me llena, por encima del aspecto económico y demás.
El hecho de no puntuar en Madrid y de estar ausente en Valencia y Sevilla no ayudó a sumar contratos...
Al no estar en Fallas y en la Feria de Abril perdí dos oportunidades
para abrirme paso. Y si en Madrid, el día del agua, el de la despedida
de El Fundi, hubiera cortado esa oreja que la tenía, pues la cosa
hubiera podido pintar de otra manera.
Lo mejor de todo es que ante situaciones complicadas uno madura y se hace más fuerte
Ante la adversidad no hay que tirar la toalla. Y eso lo aprendes cuando
las cosas no ruedan como quieres. Son palos y no son palos pues te van
curtiendo en lo personal y en lo profesional, aportándote una base para
que cuando llegue tu oportunidad la sepas aprovechar. Lo malo es esa
incertidumbre de si va a llegar o no dicho momento.
Quizá sus inicios arrolladores a la larga le han podido perjudicado un poquito
Desde luego, en cierto modo sí que me han pasado factura. No obstante,
esa madurez de la que hablábamos antes puede volver a hacer cambiar las
cosas a bien. Y en esas estamos trabajando duro tanto mi apoderado,
Gerardo Roa, como yo.
Me han contado que es obsesivo con sus errores. ¿Es cierto?
Sí y es algo, además, que considero como una de mis virtudes, aunque es
cierto que a veces me excedo. Sucede que trato de ahondar al máximo en
mis errores con el único propósito de dar siempre lo mejor de mí. De
esta forma, si la cosa no funciona, nadie podrá culparme de no haberlo
dado todo.
Tiene 22 años, una gran experiencia acumulada y el respeto de los profesionales. ¿Cuál de ellos considera su mejor aval?
Todos, pues los considero complementarios. Entre los profesionales
tengo ambiente de buen torero o al menos de que puedo llegar en
cualquier momento. Todo ello gracias a la experiencia que he ido
acumulado en mi dilatada trayectoria profesional pese a ser aún muy
joven. Por lo tanto, el trabajo ahora para cumplir mi sueño de llegar a
ser figura es más de mentalización propia que de otra cosa.
Dada su juventud aún tiene muchas asignaturas pendientes. ¿Cuál es la que más le inquieta?
Hay una en concreto que, sin llegar a temerla, sí que la tengo gran
respeto por desconocida. Me estoy refiriendo a mi respuesta cuando me
hiera un toro de verdad. Hasta el momento he sufrido percances menos
graves, pero cuando llegue ese momento, que llegará seguro, no sé muy
bien cómo voy a responder. Sin embargo, sé que en esto el tiempo también
juega a mi favor, pues cada año me encuentro más maduro para
afrontarlo.
eladelantado.com