sábado, 17 de octubre de 2015

Temporada 2015-2016 del Nuevo Progreso de Guadalajara.


Esta son las combinaciones :

Domingo 25 de octubre

Toros de Celia Barbabosa para Daniel Luque, Juan Pablo Sánchez y Sergio Flores.

Domingo 1 de noviembre

Toros de Villa Carmela para Arturo Saldívar, Diego Silveti y Alberto López Simón.

Domingo 8 de noviembre

Reses de San Isidro para Arturo Macías El Cejas, Alejandro Talavante y Joselito Adame.

Domingo 15 de noviembre

Toros de La Estancia para Eulalio López “El Zotoluco”, Octavio García “El Payo” y Andrés Roca Rey.

Domingo 22 de noviembre


Toros de Real de Saltillo para Óliver Godoy, Gerardo Adame y Ricardo Frausto.

Marco Leal con Lagarto de Cebada Gago en Arles


ASÍ LO CONTÓ BARQUERITO        01.04.13 -

Feria de Arles: Cebada recupera su sitio en uno de sus tradicionales feudos

Corrida cinqueña y variada, brava en el caballo, con un toro de vuelta y muy del gusto del torismo de la Camarga. Brillante David Mora, clásico y sereno Luis Bolívar 


La corrida de Cebada Gago, cinqueña, variada de capas y abierta de líneas, fue muy del gusto de la inmensa mayoría. Ocho años llevaban los Cebada sin lidiar en las Pascuas de Arles. Larga espera. Un hito: la vuelta al ruedo en el arrastre para un toro Lagarto, tercero de corrida, sardo de pinta, cuajado, de ancha corona y finas palas, bizquito. Un Lagarto que se comió un caballo de pica en cuanto lo tuvo a la vista: tres veces por derecho, en ataques no tanto al galope como desatados, y recargando sin dolerse al castigo. No todos los puyazos del picador arlesiano Gabin Rehabi fueron igual de certeros, pero todos fueron de piquero valeroso. Brazo de hierro, pundonor.
Marco Leal, matador en turno, sintió el clamor de la gente, supo atenderlo y decidió que el toro tomara una cuarta vara en la contraquerencia, donde se pican los toros de las corridas concurso de Arles, tan célebres. Acudió el toro rampante sin cansarse de pelear. Lo curioso es que después de la tercera vara, y suelto porque nadie lo llamaba, el toro estuvo a punto de saltar la barrera y se quedó colgado de ella un rato.
Un toro particular: bufidos escalofriantes, ataques en la muleta más ásperos que elásticos, un par de oleadas descompuestas y una gana irrenunciable de pelea. Toro de público y de ganadero, por tanto. No se asustó el joven Marco Leal, penúltimo vástago de una larguísima dinastía de toreros del país. Tampoco pudo recrearse. No era toro de hacerle versos ni encaje de blonda. Lo mató por arriba con mucha verdad. Pasó el tiempo, un aviso, un descabello. No dejaron a Marco dar la vuelta al ruedo.